Hay directores que intentan innovar en este curioso mundo que es el séptimo arte. Unos lo hacen estudiando nuevas tecnologías y otros reinventando lo ya existente, pero tanto en un caso como en otro pueden caer en los excesos y, lo que podría haber sido una buena innovación, termina por no lograr su objetivo.
Este es el caso de Guy Ritchie, un director que a pesar de tener un buen conjunto de ideas para sorprender en sus rodajes, no ha conseguido conectar plenamente con el espectador. Sus continuos cambios de plano en muchas ocasiones te hacen perder la noción de los sucesos, y aunque resulta muy efectista el efecto es mas negativo que positivo. El cineasta inglés ha utilizado esta técnica desde sus primeras obras hasta la última entrega de Sherlok Holmes... y Snatch no iba a librarse.
Esta película se va a dividir en dos historias paralelas, simultáneas en el tiempo y que van a converger en un momento dado. Por un lado tenemos la trama del robo de un enorme diamante, que ha de ser entregado en Londres a un tasador y que será codiciado por más de un personaje. Al otro lado tenemos un combate de boxeo ilegal, con sus apuestas y su correspondiente amaño como no podía ser menos. Dos historias que en un principio no tienen relación, pero que poco a poco se irán entrelazando para alcanzar un destino común.
Si algo tiene esta película que la difiere del resto del género es la cantidad de personajes, tan distintos unos de otros, que se van cruzando en ambos argumentos. A todos ellos se les conoce por un Alias y serán presentados, en formato serie setentera, al comienzo del film como parte de los créditos iniciales. Este detalle ya nos indica que vamos a contemplar un film que se va a salir de lo acostumbrado. Una vez vista la película podemos afirmar que es totalmente cierto.
El guión del propio Guy Ritchie no tiene nada que ver con lo que entendíamos como cine criminal, desviándose de los grandes dramas del género. Si entendemos este film como algo serio y profundo, nos puede parecer que nos han tomado el pelo. La película hay que visualizarla como una comedia con leves pinceladas de cine negro. Muchos la han catalogado como del estilo de "Tarantino", pero nada mas lejos de la realidad. Las obras de Quentin tiene un trasfondo y una profundidad que, desgraciadamente, Snatch no posee.
A pesar de ello esta producción, de seis millones de libras, consigue enganchar con el espectador a base de situaciones ridículas y mucha acción. La historia que nos cuenta el Turco, con la habitual voz en off de las producciones del director, puede parecer mas complicada en un principio de lo que resulta ser al final. Y es que el ir y venir de tantos personajes, te lleva a la confusión en el planteamiento argumental durante los primeros minutos de metraje. Un colage de situaciones tan extrañas como sorprendentes que, poco a poco, van dando forma a un guión que, a medida que avanza la acción, va tomando sentido.
Si bien la historia no cuenta con un protagonista propiamente dicho, el primer nombre que nos viene a la cabeza es el de Jason Statham, que narra desde la visión del personaje del Turco como van ocurriendo los hechos. Su interpretación se aleja mucho de lo que nos tiene acostumbrado, con su habitual estereotipo de héroe de acción. En esta ocasión es un hombre de negocios, que ha de tratar con lo mas ruin, en busca de obtener ganancias con la celebración de combates de boxeo clandestinos.
Su mano derecha es Tommy, al que da vida Stephen Graham. Su rol es el del típico socio que, por una cosa u otra, siempre termina metiéndose en líos, arrastrando a los que tiene a su alrededor. Su papel es clave para entrelazar las dos tramas que se van cruzando, cumpliendo a la perfección con lo que su personaje exigía.
Otra de las caras que llaman a la vista del reparto es la de Brad Pitt. El actor estadounidense tira de físico para dar vida a Mickey, un gitano al que apenas se le entiende hablando, pero con un mayor coeficiente intelectual que el que se le puede atribuir en un principio. El personaje es de lo mas original que nos podemos encontrar en el film, y Pitt realiza una buena labor con él.
Benicio del Toro, un habitual del género, es otro de los muchos talentos que circulan por la película. Su papel de Franky Cuatro Dedos es quizás mas secundarios de lo que nos tiene acostumbrados, pero es otra de las claves de la historia. Una actuación aceptable para el intérprete puertoriqueño.
Dennis Farina, Vinnioe Jones o Mike Reid son otros de los muchos nombres que van apareciendo a lo largo de la hora y media larga de metraje. Ninguno de ellos llega a tener un papel propiamente principal, pero entre todos hacen que este lioso entramado vaya tomando forma y termine teniendo sentido.
John Murphy, un compositor que ha encaminado sus composiciones hacia la temática del thriller le pone sonido a este curioso film. Sus acordes se alejan bastante de lo que el género nos tiene acostumbrado, en parte motivado por el tono cómico con el que es tratada gran parte de la trama. Otro de los aspectos de se escapa de lo típico son los títulos iniciales, presentando uno a uno los personajes a modo de viñetas y acompañados de una potente melodía.
La fotografía es obra de Tim Maurice-Jones que repite con Ritchie tras la exitosa Lock & Stock, y que hemos podido ver últimamente en La Mujer de Negro. Las capturas que realiza concuerdan totalmente con lo que el guión exige, ensamblándose perfectamente con la forma de rodar del director inglés y sus continuos movimientos de imagen.
Sin ser una de las obras cumbres del género, Snatch resulta un producto entretenido. Diversión en estado puro lleno de momentos cómicos y mucha violencia. Esta es la formula para convertirla en una de las recordadas cuando se habla del cine criminal moderno y las causas de sus buenas puntuaciones en las páginas especializadas. Un film sin pretensiones que se deja ver muy bien y que gana con posteriores revisionados.
Otra de las caras que llaman a la vista del reparto es la de Brad Pitt. El actor estadounidense tira de físico para dar vida a Mickey, un gitano al que apenas se le entiende hablando, pero con un mayor coeficiente intelectual que el que se le puede atribuir en un principio. El personaje es de lo mas original que nos podemos encontrar en el film, y Pitt realiza una buena labor con él.
Benicio del Toro, un habitual del género, es otro de los muchos talentos que circulan por la película. Su papel de Franky Cuatro Dedos es quizás mas secundarios de lo que nos tiene acostumbrados, pero es otra de las claves de la historia. Una actuación aceptable para el intérprete puertoriqueño.
Dennis Farina, Vinnioe Jones o Mike Reid son otros de los muchos nombres que van apareciendo a lo largo de la hora y media larga de metraje. Ninguno de ellos llega a tener un papel propiamente principal, pero entre todos hacen que este lioso entramado vaya tomando forma y termine teniendo sentido.
John Murphy, un compositor que ha encaminado sus composiciones hacia la temática del thriller le pone sonido a este curioso film. Sus acordes se alejan bastante de lo que el género nos tiene acostumbrado, en parte motivado por el tono cómico con el que es tratada gran parte de la trama. Otro de los aspectos de se escapa de lo típico son los títulos iniciales, presentando uno a uno los personajes a modo de viñetas y acompañados de una potente melodía.
La fotografía es obra de Tim Maurice-Jones que repite con Ritchie tras la exitosa Lock & Stock, y que hemos podido ver últimamente en La Mujer de Negro. Las capturas que realiza concuerdan totalmente con lo que el guión exige, ensamblándose perfectamente con la forma de rodar del director inglés y sus continuos movimientos de imagen.
Sin ser una de las obras cumbres del género, Snatch resulta un producto entretenido. Diversión en estado puro lleno de momentos cómicos y mucha violencia. Esta es la formula para convertirla en una de las recordadas cuando se habla del cine criminal moderno y las causas de sus buenas puntuaciones en las páginas especializadas. Un film sin pretensiones que se deja ver muy bien y que gana con posteriores revisionados.