sábado, 5 de mayo de 2012

Crítica de Grave Encounters



Cada vez es mayor el número de películas que, rodadas como un documental o vídeo casero, nos cuentan historias paranormales, de invasiones extraterrestres o tienen como protagonistas seres mitológicos. Títulos como Troll Hunter, Paranormal Activity o Monstruoso han tomado como patrón El Proyecto de la Bruja Blair, film experimental de finales de los 90 que supo venderse de forma magistral, haciéndonos creer que lo que aquellas mareantes escenas mostraban, eran totalmente reales. Puro marketing que sirvió para hacer taquilla de un producto de un presupuesto realmente irrisorio.

Trece años después aterriza en nuestros televisores Grave Encounters, una producción de The Vicious Brothers, que utiliza la misma fórmula que los films anteriores. En esta ocasión el paseo campestre de la Bruja Blair se cambia por el rodaje de un programa sobre fenómenos paranormales, al mas puro estilo Iker Jiménez. Los hechos van a tener lugar en un antiguo hospital psiquiátrico donde, según dicen en el film, están teniendo lugar una serie de sucesos extraños y que son un argumento lo suficientemente aceptable para realizar un reality show. El presentador, interpretado por Sean Rogerson, junto con los cámaras y especialistas deberán pasar ocho horas encerrados, bajo llave, en aquel misterioso lugar que han minado de detectores de todo tipo.

El film comienza de una forma bastante lenta, con escaso ritmo y con los protagonistas tomándose aquel lugar como si fuese un decorado de un plató de televisión, más que de un lugar maldito. Pero a medida que se va desarrollando el guión, obra de los propios Vicious Brothres, la historia va tomando fuerza y las situaciones de tensión van apareciendo y haciéndose más continuas en el tiempo. La historia comienza a interesar y nos regala momentos realmente escalofriantes.

La ventaja con este estilo de rodar es que la falta de nitidez de las cámaras juegan a favor del factor sorpresa, ya que es más sencillo dejar en duda al espectador. Además, en esta ocasión todo ocurre en la oscuridad total de la noche, viendo la mayor parte lo que las linternas o los visores de visión nocturna de las cámaras nos permiten. Todo esto provoca que se vivan momentos de auténtico subidón de adrenalina, saltando en más de una ocasión del sofá.

A diferencia de muchos films del género, que en un momento dado cambian el devenir natural del film y le introducen un final nacido del esperpento, en esta ocasión el argumento sigue su curso de forma normal. Poco a poco se van a ir introduciendo matices que van a ir enlazando la realidad con los sucesos paranormales hasta llegar a un final bastante acertado, pero que para alguno podría resultar algo predecible.

Juan RiedingerAshleigh GryzkoMackenzie Gray son algunos de los nombres que aparecen en esta producción canadiense. Sus actuaciones podemos tildarlas de correctas, sin caer en la sobreinterpretación a pesar de que las tensas situaciones que viven, podrían haber contribuido a ello.

En resumen, podemos decir que es un film que se vende como un hecho real y que consigue que durante una hora y media experimentes algún que otro sobresalto. Una obra que no llegará a nuestras salas cinematográficas pero que resulta mucho mas interesante y entretenida que muchas del género que últimamente estrenan en nuestras carteleras.
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