Tras esta obra de Philip K. Dick, de tan extraño nombre, se escondía una historia en la que el hombre llevaba a tal extremo la idea de crear androides a su semejanza, que había llegado a convertirse en una amenaza para la especie humana.
Así nos encontramos a Deckard, un agente ya retirado, que era especialista en descubrir a estos seres cibernéticos a los que se han denominado replicantes. La llegada de una nave con varios de estos seres artificiales, proveniente de una estación espacial, ha provocado que a Rick se le haya puesto de nuevo en servicio, con la misión de investigar y localizar el paradero de estos androides.
Este sería el punto de partida que nos narra el guión adaptado de Hampton Fancher y David Webb Peoples. Este último a raíz de aquí, forjaría una carrera de gran éxito guionizando films tan contrastados como Sin Perdón o Doce Monos. El trabajo de ambos es excelente, plasmando en la gran pantalla un relato algo complejo y no con excesiva sustancia.
Pero si algo destaca por encima de todo en la obra, es el diseño del mundo que envuelve a Blade Runner. Ridley Scott tomó como inspiración la pintura de Edward Hopper conocida como "Nighthawks". El director quiso plasmar la estética del cuadro en imáganes en movimiento, un hecho que consiguió de forma sobresaliente, creando su propio estilo visual. En muchas producciones posteriores, de ámbito futurista, podemos ver como se ha tomado como fuente de inspiración los diseños de Scott y su equipo.
Todo este conjunto de imágenes poderosas y cargadas de emociones, contrastan con el ritmo pausado y lento con el que transcurre la historia, A diferencia de otras ocasiones, esto no resulta nada molesto y aburrido, ya que permite al espectador disfrutar de la plástica visual y de unos diálogos llenos de profundidad.
Diálogos que te atrapan además de por su contenido, por la gran actuación de los actores que los pronuncian. Y es que Deckard, el protagonista de la historia, no hubiese tenido tanto carisma si no le hubiese dado vida un jovencísimo Harrisond Ford. El actor, que gracias a George Lucas se había encumbrado como gran héroe de acción de finales de los 70 principio de los 80, iniciaría una nueva incursión en el género que le vio nacer, pero en otro tipo de registro. A pesar de que el propio actor no esta nada satisfecho con su papel en esta obra, podemos asegurar que su labor es magnífica, dando a este inspector una personalidad y carácter que marcan el desarrollo de la historia.
Compartiendo protagonismo con Rick, aparece en escena Rutger Hauer. El actor, que fue nominado a los premios de la Academia por su actuación en este film, da vida a Roy Batty. Su rol de replicante dispuesto a cualquier cosa por alargar su existencia es magistral, regalándonos momentos que van a pasar a la historia del cine. Como ejemplos tomaremos el diálogo final con Deckard, que se ha convertido con el paso del tiempo en el eslogan del film.
Otro papel a tener muy en cuenta es el de Rachel, a la que da vida la actriz Sean Young. La intérprete dota a su personaje de un halo de misterio e inocencia que pondrá en duda al propio protagonista acerca de su naturaleza,
Este completo reparto y la excelente dirección tras las cámaras, se ve complementado por los efectos visuales y la fabulosa fotografía de Jordan Cronenweth. Cada toma del film es una obra de arte en si misma, destacando por encima de todo las potentes escenas exteriores donde se hace más palpable la época donde se desarrolla la historia. Encontraste con estas escenas generales, las primeras tomas de los actores cuando mantienen la mayoría de los interesantes diálogos.
Todo ello acompañado con la espectacular banda sonora compuesta por Vangelis. Cada uno de sus temas se ensamblan perfectamente con cada suceso, envolviendo cada nota al espectador para transportarlo a un mundo cargado de vehículos imposibles, grandes pantallas y millones de luces.
Con más de treinta años desde que pasó por las salas cinematográficas, este film está considerado como una de las obras maestras del género. Tanto su estética como sus efectos especiales han envejecido muy dignamente, no desentonando para nada si lo comparamos con las superproducciones actuales. Un guión profundo y un desenlace de esos que te deja meditando acerca de los personajes principales, que hacen de Blade Runner el film, dentro de la ciencia ficción, que mejores opiniones tiene del público general.
Este sería el punto de partida que nos narra el guión adaptado de Hampton Fancher y David Webb Peoples. Este último a raíz de aquí, forjaría una carrera de gran éxito guionizando films tan contrastados como Sin Perdón o Doce Monos. El trabajo de ambos es excelente, plasmando en la gran pantalla un relato algo complejo y no con excesiva sustancia.
Pero si algo destaca por encima de todo en la obra, es el diseño del mundo que envuelve a Blade Runner. Ridley Scott tomó como inspiración la pintura de Edward Hopper conocida como "Nighthawks". El director quiso plasmar la estética del cuadro en imáganes en movimiento, un hecho que consiguió de forma sobresaliente, creando su propio estilo visual. En muchas producciones posteriores, de ámbito futurista, podemos ver como se ha tomado como fuente de inspiración los diseños de Scott y su equipo.
Todo este conjunto de imágenes poderosas y cargadas de emociones, contrastan con el ritmo pausado y lento con el que transcurre la historia, A diferencia de otras ocasiones, esto no resulta nada molesto y aburrido, ya que permite al espectador disfrutar de la plástica visual y de unos diálogos llenos de profundidad.
Diálogos que te atrapan además de por su contenido, por la gran actuación de los actores que los pronuncian. Y es que Deckard, el protagonista de la historia, no hubiese tenido tanto carisma si no le hubiese dado vida un jovencísimo Harrisond Ford. El actor, que gracias a George Lucas se había encumbrado como gran héroe de acción de finales de los 70 principio de los 80, iniciaría una nueva incursión en el género que le vio nacer, pero en otro tipo de registro. A pesar de que el propio actor no esta nada satisfecho con su papel en esta obra, podemos asegurar que su labor es magnífica, dando a este inspector una personalidad y carácter que marcan el desarrollo de la historia.
Compartiendo protagonismo con Rick, aparece en escena Rutger Hauer. El actor, que fue nominado a los premios de la Academia por su actuación en este film, da vida a Roy Batty. Su rol de replicante dispuesto a cualquier cosa por alargar su existencia es magistral, regalándonos momentos que van a pasar a la historia del cine. Como ejemplos tomaremos el diálogo final con Deckard, que se ha convertido con el paso del tiempo en el eslogan del film.
Otro papel a tener muy en cuenta es el de Rachel, a la que da vida la actriz Sean Young. La intérprete dota a su personaje de un halo de misterio e inocencia que pondrá en duda al propio protagonista acerca de su naturaleza,
Este completo reparto y la excelente dirección tras las cámaras, se ve complementado por los efectos visuales y la fabulosa fotografía de Jordan Cronenweth. Cada toma del film es una obra de arte en si misma, destacando por encima de todo las potentes escenas exteriores donde se hace más palpable la época donde se desarrolla la historia. Encontraste con estas escenas generales, las primeras tomas de los actores cuando mantienen la mayoría de los interesantes diálogos.
Todo ello acompañado con la espectacular banda sonora compuesta por Vangelis. Cada uno de sus temas se ensamblan perfectamente con cada suceso, envolviendo cada nota al espectador para transportarlo a un mundo cargado de vehículos imposibles, grandes pantallas y millones de luces.
Con más de treinta años desde que pasó por las salas cinematográficas, este film está considerado como una de las obras maestras del género. Tanto su estética como sus efectos especiales han envejecido muy dignamente, no desentonando para nada si lo comparamos con las superproducciones actuales. Un guión profundo y un desenlace de esos que te deja meditando acerca de los personajes principales, que hacen de Blade Runner el film, dentro de la ciencia ficción, que mejores opiniones tiene del público general.
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