Nunca un trailer le hizo tanto daño a una idea como en el film dirigido por Andres Baiz. Y es que la forma de estructurar la obra estaba pensada para sorprender al espectador, pero una vez visto spots y demás material publicitario pierde bastante ese giro a la historia buscada por el guión. Escrita por Andres Baiz y Hatem Khraiche la historia nos lleva hasta Colombia, donde un reconocido director de orquesta intenta superar la extraña desaparición de la que era su novia. De ella únicamente ha quedado una grabación en la que rompe la relación con la que, hasta ahora, era su actual pareja.
A partir de aquí el misterio se apoderará de la vida de este músico en cuya casa comenzarán a ocurrir sucesos que se salen de la normalidad. Una situación fuera de lo rutinario que va a poner en jaque a la personaje interpretada por Martina García. La joven intérprete da vida a Fabiana, la mujer que viene a ocupar el puesto de nueva pareja de Adrián. La actriz, sobre la que recae gran parte del peso del film, interpreta su rol de forma correcta, ayudando en todo momento a mantener la atmósfera de intriga y suspense de la obra.
Junto a ella encontramos a Quim Gutierrez, el verdadero protagonista del film y sobre el que se fijan todas las miradas de los distintos personajes que intervienen en la historia. Su papel es bastante aceptable a pesar de que su rol podría haber ofrecido mucho más. El caso totalmente opuesto lo encontramos en el personaje interpretado por Clara Lago, que a pesar de estar ausente durante mucho metraje, es capaz de imprimir mucha fuerza a su personaje, haciendo de la desesperación todo un arte.
Federico Jusid le pone música a un claustrofóbico film que engancha desde un principio. Sus partituras encajan perfectamente con la trama, intercalando melancólicas melodías con movimientos mas estridentes cargados de intriga y suspense. Si hay que destacar algún punto desfavorable es que podrían haberse ahorrado los excesos de escenas de desnudos, en muchos casos totalmente innecesarios. Otro aspecto que hubiese hecho ganar muchos puntos al guión es el de haberle dado otro enfoque a la trama policial, ya que los personajes tanto del inspector, como el de su ayudante, da la impresión que están bastante desaprovechados. A pesar de estos pequeños apuntes, podemos decir que la obra conecta en todo momento con el espectador, consiguiendo mantener la atención durante más de cien minutos que aúnan celos, angustia e intriga.
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