viernes, 21 de octubre de 2011

Crítica de La Cosa (The Thing)



Hace ya casi 30 años, un creativo director llamado John Carpenter, nos traía una inquietante historia donde terror, suspense y ciencia ficción aupaban la carrera de un jovencísimo Kurt Rusell. En ella, un grupo de trabajadores en una base estadounidense, destinados en el frío continente Antártico, eran testigos de un descubrimiento tan sorprendente como aterrador que pondría no solo sus vidas en juego, sino las de toda la humanidad.

Este punto de partida que nos ofrecía el guión de Bill Lancaster, ha dado lugar a la precuela que, bajo el mismo nombre, un desconocido Matthijs van Heijningen Jr. ha estrenado este otoño. En esta ocasión la acción comienza en la base noruega en la que se realiza el hallazgo de esta extraña y sorprendente forma de vida que pondrá en jaque a todos los científicos que allí se encuentran.

Este nuevo guión de Eric Heisser ha tenido el acierto de ser bastante fiel a la obra de Carpenter, desvelando algunos de los enigmas que se quedaron sin cerrar en la obra de los ochenta, como los extraños sucesos con los que comenzaba. Además hay que destacar como otro aspecto positivo que no se haya optado por el arqueotipo de protagonista masculino para evitar las comparaciones con Rusell. Para ello, el testigo lo ha recogido Mary Elizabeth Winstead, una actriz que a pesar de su juventud ha aparecido en muchas producciones tanto televisivas como del gran formato. Su papel, muy en la linea de la teniente Ripley en la saga de Alien, podemos tacharlo de aceptable, adaptándose bastante bien a su rol y siendo uno de los pilares sobre los que se asienta la obra.

El resto de actores, de caras no muy conocidas, se acoplan bastante bien al guión haciendo que la obra funcione de maravilla y, a pesar de no ser una obra maestra, consiga mantener el estilismo de la original en una hora y tres cuartos de autentico infarto, ambientado con las partituras de Marco Beltrami, todo un especialista en ponerle música a films de suspense y ciencia ficción. Las notas musicales se acoplan perfectamente con la acción, lo que acentúa aún mas el sentimiento de terror y claustrofobia de los personajes principales.

La fotografía, obra de Michel Abramowicz tiene bastante similitudes con la que nos ofrecía Dean Cundey en el film primogénito, pero con la ventaja de poder contar con filtros y tecnología actuales. A pesar de ello, el cambio no es tan notable como podríamos haber esperado, recordándonos a ese cine ochentero con el que disfrutábamos los de mi generación, combinando rápidas secuencias de acción con largos planos mostrando la desesperanzadora soledad de los helados paisajes antárticos. Y es aquí donde destacamos el gran trabajo del equipo de efectos especiales con el contó John Carpenter. Si en esta nueva entrega, el trabajo de infografía es notable, si como yo habéis tenido la oportunidad de ver las dos seguidas en la sala cinematográfica, habréis notado que la diferencia entre las técnicas empleadas no ha dado resultados tan distintos, a pesar de sus avances en el tiempo.

Podemos resumir esta nueva entrega como una digna precuela a, quizás, la mejor obra de John Carpenter. Un film que se ensambla perfectamente con el original y que a mas de uno le van a quitar las ganas de querer descubrir formas de vida extraterrestre en nuestro planeta.

1 comentario:

  1. Me gustó mucho el remake de la cosa. No está al mismo nivel que la original de Cárpenter, pero sí es una de las más dignas precuelas de los últimos años. Totalmente recomendable para fans de La Cosa y su original: El enigma de otro mundo. Esta precuela sorprende por su estética ochentera y sumo cuidado de los detalles: indumentaria, tecnología, casting... Mismos escenarios, mismos personajes, mismo helicóptero, misma trama, misma criatura. Todo perfectamente pensado para provocar la misma sensación con una película diferente que a pesar de ser el punto de partida de la de Cárpenter, mantiene su independencia no siendo necesario ver una para entender y disfrutar de la otra. Este remake es el origen de la película ochentera, explicando situaciones y enigmas abiertos en la primera peli acerca del campamento noruego encontrado por los protagonistas y sus misteriosas grabaciones. La odisea allí ocurrida desde que encuentran la nave y su extraño pasajero, genera una trama de desconfianza terror e incertidumbre, que al igual que su secuela, desemboca en un final sorprendente y muy impactante. RECOMENDAMOS VER LAS DOS SEGUIDAS (primero remake e inmediatamente después el original, prestando especial atención a los detalles de escenario y grabaciones. Especialmente el gran parecido de los personajes aparecidos en las mismas, con los de este último y acertado casting.

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