jueves, 14 de agosto de 2014

Crítica de Transformers: La Era de la Extinción


Se ha convertido en un clásico de la temporada estival el estreno de la enésima producción de algún blockbuster de éxito. En esta ocasión le ha vuelto a tocar a esos vehículos de tecnología alienígena que son capaces de transformar su chasis en el esqueleto de un robot de enormes dimensiones.

Tras los hechos acontecidos en Chicago, y que pudimos ver en Transfomers: El Lado Oscuro de la Luna, las autoridades norteamericanas han decidido exiliar a los autobots de los límites terrestres. Esta lucha entre los transformers liderados por Optimus Prime y los decepticons han causado demasiadas victimas y no es ético ni moral seguir utilizando nuestro planeta como campo de batalla extraterrestre.

Pero no todo es tan sencillo, y en lugar de permitir que los autobots elijan su propio destino, un grupo del gobierno les está dando caza y exterminándolos, algo totalmente ilógico y que llevará a poner en peligro la vida de Cade y su hija Tessa.

Michael Bay se vuelve a poner tras las cámaras para traernos la cuarta entrega de una de las sagas mas prolíficas y rentables que posee la compañía Paramount. para esta ocasión, se ha tomado el final de la entrega anterior como punto de partida, siendo muchas las referencias a lo largo del film sobre esta. La historia de Ehren Kruger, guionista de todas las secuelas de la tetralogía, intenta dar un lavado de cara cambiando el papel protagonista principal. El aniñado y bastante criticado Shia LaBeouf cede el testigo, en el rol principal, a un actor mucho más experimentado y con mayor caché como es  Mark Wahlberg. El intérprete es de lo mejor de esta superproducción, muy cómodo en este tipo de situaciones cargadas de acción y adrenalina.

Junto a él encontramos a Stanley Tucci en un papel mucho mas secundario, pero no por ello menos meritorio. En su papel de villano, va despertando sentimientos confrontados a lo largo de las casi tres horas de metraje, descolocando en muchas ocasiones al espectador con su notable trabajo.

Pero no todos iban a ser buenos personajes, tomando como muestra a Shane. Jack Reynor, que interpreta al novio de Tessa nos ofrece un personaje muy plano y que cae en los tópicos. En todo momento se ve eclipsado por sus compañeros de reparto y denota una falta de carisma alarmante.

Nicola Peltz, a pesar de no hacerlo mal del todo, tampoco consigue conectar plenamente con el espectador. Si querían una adolescente con cara de ángel, seguro que había muchas mas opciones en el casting que se adaptasen mejor a ese papel, ya que nadie se cree que Tessa sea una adolescente preuniversitaria.

Dejando de lado ese gran contraste cualitativo del aspecto interpretativo, lo mejor de La Era de la Extinción son sus impresionantes escenas de acción. Cuando ya creíamos haberlo visto todo en este universo, nos llegan, al mas puro estilo de Pokemon Legendarios mecánicos, los dinobots. Transformers de otra época que toman la forma de los primitivos y destructivos habitantes del jurásico. Como ocurre con todo el catálogo de autobots y decepticons, se ha cuidado hasta el mas mínimo detalle, consiguiendo que sus aportaciones resulten realmente espectaculares.

Además, si bien el metraje de la obra con respecto a las anteriores es ligeramente superior, también es cierto que se ha aumentado el número de secuencias de acción, algo que siempre se agradece en este tipo de producciones. Sobre todo cuando tienen la firma de Bay y la fotografía de Amir Mokri, todo un experto en el cine de acción.

Steve jablonsky, un compositor que se prodiga más en el mundo de los videojuegos que en el del séptimo arte, pone melodía a una película cargada de acción y efectos especiales. Su trabajo podemos calificarlo de aceptable, teniendo en cuenta que llama mucho más la atención los efectos sonoros que la propia composición musical.

¿Era necesaria una nueva entrega de Transformers? Pues depende. Por un lado siempre es atractivo ver escenas de acción, cargadas de efectos visuales y con la notable factura de Michael Bay. Pero por otro lado, la obra vuelve a cometer los mismos errores del pasado, con un guión que no resulta redondo del todo y cayendo en los mismos diálogos empalagosos y absurdos que, lejos de romper la tensión en los momentos de mayor adrenalina, te hacen ver el film como una película pensada para un público más familiar y menos adulto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...