No es casualidad que mucha de la crítica especializada coincida positivamente en una obra, con altas puntuaciones y unas opiniones que la ponen casi de obra maestra. Tal campaña ha repercutido enormemente en los números alcanzados en taquilla tras su primer fin de semana, pero ¿es para tanto?
Padre e hijo se encargaron de escribir un guión que, sin narrar un hecho real, si que consigue hacer creer al espectador que todo lo descrito es posible. Un hecho tan increíble como angustioso que esta contado con un ritmo prodigioso y un juego de cámaras realmente espectacular. Es la típica película que desde las primeras secuencias te atrapa, y es que el haber añadido el reciente sistema 3D a la majestuosa y austera fotografía de Emmanuel Lubezki le ha aportado algo nunca visto hasta antes. El cineasta, que ya dejó muestra de su talento en producciones como Sleepy Hollow o Una serie de catastróficas desdichas de Lemony Snicket, nos regala una hora y media de inmensidad espacial, vistas asombrosas del planeta Tierra y unos largos y vibrantes primeros planos.
El aspecto visual es realmente grandioso. El efecto de la ausencia de gravedad es sobresaliente, convirtiendo cada plano de la película una verdadera obra de arte. Un preciosismo llevado a límites poco vistos, que convierten a la experiencia tridimensional en un auténtico orgasmo visual. Alfonso Cuarón se ha encargado, con Gravity, que muchas de las grandiosas escenas del espacio exterior que nos muestra, vayan a quedar grabadas en nuestras retinas por mucho tiempo.
Sabe mantener el equilibrio de la adrenalina que experimenta la protagonista en cada desafío que le presenta el estar a su suerte en la inmensidad del cosmos, con la ralentización propia de la ausencia de gravedad. A pesar de las enormes secuencias del paisaje estelar y los interminables primeros planos, la tensión de lo que está ocurriendo hace que todo pase más deprisa captando más, si cabe, la atención del espectador.
Y todo ello a pesar de contar con un reparto que, en un primer momento, podría llevar a dudar sobre la calidad interpretativa del film. Las características de los actores principales no se adecuaban, en un principio, excesivamente en obras de este estilo. A George Clooney ya lo habíamos visto fuera del globo terráqueo en Solaris, una película que no es precisamente de los trabajos que le han aportado mayor prestigio al canoso actor.
Por su parte, Sandra Bullock es de esas actrices que te cae bien o la odias. En esta ocasión podemos decir que solventa, de forma notable, un rol en la que no se la veía bastante cómoda. Más acostumbrada a rodearse de actores de nombre sobre los que suele dejar caer el peso interpretativo, en Gravity tiene que lidiar el toro prácticamente sola. Un ejercicio de soledad ante las cámaras que supera sin grandes excesos, pero que funciona perfectamente en la obra.
George Clooney adquiere en esta ocasión un papel mucho mas secundario, apareciendo en contadas ocasiones. Si su personaje es uno de los pilares fundamentales del guión, no es menos cierto que cualquier otro actor con un mínimo de calidad interpretativa, habría realizado similar labor. Eso si, en ese caso no se hubiera dado al film el caché que le impregna el nombre y figura de Clooney.
Un detalle es ver en los títulos de créditos al actor Ed Harris que presta su voz al control de mando de la NASA en la Tierra. Para poder disfrutar de ello es necesario ver la película en versión original, algo complicado en las salas cinematográficas de nuestro país.
En un film con tantas escenas de soledad e inmensidad espacial, se presta una especial atención a los acordes que han de acompañar a las espectaculares escenas que disfrutamos en estos noventa minutos. Es por ello que toma una gran importancia la partitura obra de Steven Price. Este desconocido músico, cuya obra mas importante hasta entonces era la reciente Bienvenidos al Fin del Mundo, nos mete de lleno en esta épica con sus acordes. La composición encaja a la perfección con las escenas de mayor adrenalina de la obra, combinándose muy bien con los movimientos menos potentes y más suaves de las escenas iniciales ,donde todo es calma y "aparente" silencio.
Podemos asegurar que Gravity es de las mejores obras exhibidas este 2013 en las salas cinematográficas de todo el mundo, con una historia épica y sorprendente. El director de esta producción ha dado un enorme salto de calidad con una película que, a buen seguro, nos deja algunas de las escenas más espectaculares que jamás hayamos visto. Un alucinante viaje al rededor del planeta Tierra que te pondrá las pulsaciones a un ritmo muy elevado.
Sabe mantener el equilibrio de la adrenalina que experimenta la protagonista en cada desafío que le presenta el estar a su suerte en la inmensidad del cosmos, con la ralentización propia de la ausencia de gravedad. A pesar de las enormes secuencias del paisaje estelar y los interminables primeros planos, la tensión de lo que está ocurriendo hace que todo pase más deprisa captando más, si cabe, la atención del espectador.
Y todo ello a pesar de contar con un reparto que, en un primer momento, podría llevar a dudar sobre la calidad interpretativa del film. Las características de los actores principales no se adecuaban, en un principio, excesivamente en obras de este estilo. A George Clooney ya lo habíamos visto fuera del globo terráqueo en Solaris, una película que no es precisamente de los trabajos que le han aportado mayor prestigio al canoso actor.
Por su parte, Sandra Bullock es de esas actrices que te cae bien o la odias. En esta ocasión podemos decir que solventa, de forma notable, un rol en la que no se la veía bastante cómoda. Más acostumbrada a rodearse de actores de nombre sobre los que suele dejar caer el peso interpretativo, en Gravity tiene que lidiar el toro prácticamente sola. Un ejercicio de soledad ante las cámaras que supera sin grandes excesos, pero que funciona perfectamente en la obra.
George Clooney adquiere en esta ocasión un papel mucho mas secundario, apareciendo en contadas ocasiones. Si su personaje es uno de los pilares fundamentales del guión, no es menos cierto que cualquier otro actor con un mínimo de calidad interpretativa, habría realizado similar labor. Eso si, en ese caso no se hubiera dado al film el caché que le impregna el nombre y figura de Clooney.
Un detalle es ver en los títulos de créditos al actor Ed Harris que presta su voz al control de mando de la NASA en la Tierra. Para poder disfrutar de ello es necesario ver la película en versión original, algo complicado en las salas cinematográficas de nuestro país.
En un film con tantas escenas de soledad e inmensidad espacial, se presta una especial atención a los acordes que han de acompañar a las espectaculares escenas que disfrutamos en estos noventa minutos. Es por ello que toma una gran importancia la partitura obra de Steven Price. Este desconocido músico, cuya obra mas importante hasta entonces era la reciente Bienvenidos al Fin del Mundo, nos mete de lleno en esta épica con sus acordes. La composición encaja a la perfección con las escenas de mayor adrenalina de la obra, combinándose muy bien con los movimientos menos potentes y más suaves de las escenas iniciales ,donde todo es calma y "aparente" silencio.
Podemos asegurar que Gravity es de las mejores obras exhibidas este 2013 en las salas cinematográficas de todo el mundo, con una historia épica y sorprendente. El director de esta producción ha dado un enorme salto de calidad con una película que, a buen seguro, nos deja algunas de las escenas más espectaculares que jamás hayamos visto. Un alucinante viaje al rededor del planeta Tierra que te pondrá las pulsaciones a un ritmo muy elevado.
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